Las condensaciones aparecen, cuando la humedad ambiental entra en contacto con una superficie con una temperatura inferior al punto de rocío.
El punto de rocío es diferente en cada vivienda, ya que varía en función de la temperatura interior y de la humedad relativa (% de humedad en el aire). Calcular punto de rocío.
Esto hace que el vapor de agua que hay en el ambiente se haga líquido; al entrar en contacto con superficies porosas (yeso, madera, pladur, etc.) absorberán la humedad y comenzarán a deteriorarse.
Los factores que habitualmente incrementan la humedad interior son:
En ocasiones no ventilamos lo suficiente (sobre todo en invierno porque entra frío) o lo hacemos de forma incorrecta.
Para ventilar una vivienda correctamente, es suficiente con ventilar una habitación de 10 a 15 minutos todos los días, evitando ventilar cuando llueva (entra mucha humedad).
Es una de las principales causas del incremento de la humedad. Al secarse la ropa, la humedad que contenía se que queda en el aire, aumentando considerablemente la humedad relativa.
Tanto las filtraciones de agua (del tejado, fachada, etc.) como las capilaridades, provocan el aumento de la humedad en la vivienda.
Las condensaciones aparecen en diferentes zonas de la vivienda:
Puentes térmicos: son zonas que no tienen un aislamiento térmico suficiente, provocando que se transmita el frío de la calle hacia el interior.
Las zonas más habituales son: pilares, vigas, forjados, muros, etc.
Zonas de difícil ventilación: detrás de las cortinas, los armarios, cabeceros camas, etc. Al estar pegadas a la pared, el aire no puede renovarse.
Como hemos explicado anteriormente la humedad condensa cuando la temperatura de una superficie es inferior al punto de rocío.
Por ello habrá que analizar que factores están provocando la condensaciones en nuestra vivienda:
Exceso de humedad
Exceso de temperatura
Falta de aislamiento en algún elemento de la vivienda.
La humedad relativa ideal para una vivienda está comprendida entre el 40 y el 60%. Si la humedad de la vivienda es superior (lo cual se puede comprobar con un higrómetro), habrá que localizar cual es su origen y solucionarlo.
Lo primero de todo es comprobar para cumplir los siguientes pasos:
Ventilar todos los días de 10 a 15 minutos, a ser posible a media mañana y evitando ventilar cuando llueva.
No secar la ropa en el interior de la vivienda. Si no queda otro remedio, hacerlo en espacios amplios y creando una corriente de aire abriendo dos ventanas opuestas de la vivienda.
Si tenemos filtraciones de agua o humedades por capilaridad, habrá que solucionarlos. Aparte de incrementar la humedad relativa, estos problemas dañan los elementos constructivos de nuestra vivienda.
Si aún realizando los puntos anteriores la humedad relativa de nuestra vivienda sigue siendo elevada, habrá que instalar un sistema de ventilación mecánica para renovar el aire de la vivienda.
Un deshumidificador no es una buena solución, porque no suelen tener termohigrómetro (para regular el grado de humedad), haciendo que la humedad relativa baje del 40% y ocasionando problemas respiratorios.
La temperatura ideal para una vivienda es de 25º en verano y 21 o 22º en invierno.
Si superamos dicha temperatura, estaremos aumentando la temperatura de punto de rocío y aumentarán las posibilidades de que la humedad se condense, con los problemas que ello conlleva.
Tener una vivienda a 25ºC en invierno, hace que podamos andar por casa con ropa de verano (pantalón corto y manga corta).
Pero teniendo en cuenta todo lo que supone (humedades, más gasto de calefacción, etc.), ¿de verdad merece la pena?
El aislamiento sirve para que una vivienda pueda conservar una temperatura confortable, a pesar de la temperatura que haya en el exterior.
La gran mayoría de las viviendas, tienen una cámara de aire entre la fachada y el tabique interior, que hace la función de aislante térmico.
El principal problema suele ser, que esta cámara no aísla algunos elementos de la vivienda (pilares, vigas, forjados) y tampoco son aislados con otros sistemas.
En muchas ocasiones, el aislamiento de la cámara se ha anulado sin saberlo: llenando la cámara de escombros, colocando codos de pvc en la fachada (llamadas pipas) o directamente eliminando el tabique interior para ganar espacio.
Esto hace que en estos elementos se produzcan puentes térmicos, es decir, como no hay aislamiento se transmite el frío del exterior hacia el interior.
Ejemplo:
En una vivienda que solo tiene aislamiento en los tabiques, con una temperatura interior de 21º y una humedad relativa del 60%, el punto de rocío será de 12,9º C.
Si en el exterior de esa vivienda hay una temperatura de 5º C, el tabique interior (aislado) puede estar a 18º C, mientras que los elementos sin aislar es posible que no lleguen a los 10º C.
Esto supone, que los elementos sin aislar están por debajo del punto de rocío (12,9º C), dando lugar a que la humedad ambiental se condense en esas zonas y ocasione los problemas de humedad citados anteriormente.
La solución es aislar los elementos sin aislamiento y así evitaremos que la temperatura del exterior se transmita al interior.
Esto puede hacerse desde el interior o desde el exterior y para ello existen diferentes sistemas:
Aislamiento desde el interior: para aislar desde la zona interior, existen múltiples sistemas, los cuales habrá que analizar para ver cual es el que más nos conviene.