Si en nuestra casa vemos manchas de moho que desprenden mal olor, vaho en los cristales de las ventanas, azulejos o superficies, etc., el primer consejo es el de acudir a un especialista para acabar con el origen de esta humedad.
Limpiar la superficie manchada con un producto específico o estar recogiendo la condensación del agua todo el tiempo no basta.
Lo importante y relevante es acabar definitivamente con el origen de las humedades realizando los tratamientos antihumedad pertinentes y oportunos.
De nuevo volvemos al primer consejo. Si no se quiere poner en peligro la salud de los habitantes de la casa, empresas especializadas pueden realizar un diagnóstico del problema y soluciones al mismo.
Es lógico, sobre todo por desconocimiento, que ante este tipo de problemas empecemos invirtiendo en las soluciones más económicas como las bolas absorbe-humedad y los deshumidificadores.
Si bien el cloruro de calcio de las bolas absorbe-humedad atraparán la que encuentren en el espacio donde las coloquemos, no siempre funcionan, y en caso positivo, lo hacen en un espacio máximo de sólo 14 m2, con lo que si el problema de humedad por condensación es mayor, éste seguirá empeorando.
Los deshumidificadores por su parte, sólo pueden tratar espacios no superiores a 25 m2, pero su gran inconveniente es que si bien extraen la humedad del aire, lo hacen sin renovarlo, con lo que las personas que vivan en la vivienda estarán respirando el mismo aire, con el consecuente peligro para la salud.
Hecha esta breve introducción, ya te habrás dado cuenta de que el problema de la humedad no es algo baladí y que cuando te topes con ella ya sea en tu hogar o en tu centro de trabajo, se debe atajar el origen de las humedades de forma que se acaben definitivamente y de forma garantizada con la pesadilla de eliminar el moho y los malos olores, ante todo por salud.
A modo de consejos, te indicamos a continuación 10 pautas a seguir para evitar la humedad en tu vivienda:
Comprueba que las ventanas son de un material que permite la extracción natural del aire, sin renunciar a la eficiencia energética;
Cuando uses la calefacción, mantenla entre 19º a 20º, ya que el aire caliente produce más humedad que el frío;
Evita el calentamiento o enfriamiento de las estancias mediante sistemas de climatización o el uso de deshumidificadores, sin tener en cuenta mantener la humedad por debajo del 50% y no sobrepasar los 22ºC de temperatura;
Busca y elimina todas las fuentes internas de humedad: revisa si existen posibles filtraciones de agua de tuberías con fugas que no están a la vista, goteras en el tejado, superficies frías como los suelos de hormigón y tuberías de metal;
Ventila las estancias, especialmente zonas como el baño (con extractores si no hay ventilación natural), cocina, zona de planchado, etc., espacios con una muy alta cantidad de vapor de agua y por tanto potencialmente de moho y hongos.
Cuando cocines, intenta disminuir la producción de humedad usando el extractor, tapando las ollas cuando tengas algo hirviendo o cocinando al vapor, etc. Estos pequeños gestos reducen la humedad.
Si no nos es imposible ventilar un espacio, como por ejemplo un sótano, debemos entonces instalar un sistema de filtración de aire para prevenir y evitar la aparición de moho.
En zonas con humedad ambiental alta, evita las alfombras, ya que tener una superficie mojada permanentemente en casa favorece los ácaros y hongos, muy perjudiciales para la salud.
Tiende la ropa a secar fuera de casa.
Intenta no tener demasiadas plantas dentro de casa ya que aumentan el vaho.