La cubierta es una de las zonas más expuestas a los agentes meteorológicos y esto hace que acaben apareciendo humedades tarde o temprano.
Las humedades empiezan a aparecer en zonas puntuales de la cubierta, pero si no se reparan se irán extendiendo por toda la cubierta.
Normalmente siempre hay elementos de la cubierta que sufren un mayor deterioro, aumentando las probabilidades de que se produzcan humedades por dichas zonas.
Las reparaciones más habituales en una cubierta son:
Estos son los trabajos de mantenimiento o reparación de cubiertas más habituales para evitar problemas de humedades:
La reparación de la impermeabilización de la cubierta.
La reparación de los canalones.
El sellado de las claraboyas.
La impermeabilización del casetón ascensor.
La reconstrucción de los aleros.
La impermeabilización de las paredes exteriores.
La impermeabilización de la cubierta completa.
Si queremos que una cubierta aguante el mayor tiempo posible sin tener humedades, habrá que preocuparse de hacer un pequeño mantenimiento en algunas zonas.
Mantenimiento de limpieza en cubierta
Es recomendable limpiar estos elementos por lo menos 2 veces al año. Las épocas más recomendadas son: al finalizar el otoño para eliminar las hojas y al finalizar la primavera.
Limpieza de canalones.
Limpieza de sumideros.
Limpieza de la superficie de la cubierta.
Con este mantenimiento, evitaremos las humedades producidas por los atascos en los desagües.
Este mantenimiento vale con hacerlo una vez al año, a ser posible al finalizar el otoño (aprovechando el mantenimiento de limpieza en cubierta) para reparar posibles daños antes del invierno.
Uniones entre paramentos horizontales y verticales (solapes).
Puntos singulares: cualquier elemento que sobresalga en la cubierta y este fijado bajo la impermeabilización (antenas, salidas de humos o ventilación, etc.).
Sellado sumideros, claraboyas, etc.
De esta forma, nos ahorraremos la reparación de los daños que producen las humedades en el interior del edificio.