Cuando empieza el frío y la lluvia, es cuando empezamos a notar la aparición de humedad en las ventanas.
Habitualmente, este problema lo achacamos a la mala calidad de las ventanas, pero existen otros factores que influyen en que aparezcan las humedades.
La humedad en las ventanas, puede aparecer por dos motivos: por condensación o por filtración.
Cuando la temperatura de algún elemento de las ventanas (perfil, vidrio, etc.), es inferior a la temperatura del punto de rocío, es cuando la humedad ambiental se condensa en ellas.
Como la temperatura del punto de rocío, varia en función de dos factores (grado de humedad en el aire y temperatura ambiental), estos también influirán en que la humedad se condense.
Si existe un grado de humedad muy elevado en el ambiente (superior al 60%), hará que la temperatura del punto de rocío descienda (por debajo de esta temperatura la humedad se condensa), facilitando la condensación de la humedad.
Si la temperatura ambiental es muy elevada (superior a 21º C), afectará a la temperatura del punto de rocío, haciendo que descienda.
Si la superficie de cualquier elemento de las ventanas, está a una temperatura inferior al punto de rocío, la humedad se condensará en ella.
En unas ventanas sin aislamiento ni rotura de puente térmico, es más fácil que la humedad se condense, ya que el frío del exterior se transmite al interior.
Cuando el sellado de las ventanas o la impermeabilización de cualquier otro elemento se deteriora, o no está realizada correctamente, es cuando se producen las filtraciones de agua en las ventanas.
En función del tipo de fachada y de los elementos que la componen, variarán los elementos por los que puede filtrar el agua.
Un alfeizar puede ser el origen de las filtraciones, por estar recibido incorrectamente, por haberse deteriorado el sellado o su revestimiento impermeabilizante (por fisuras, etc.).
Una fachada en la que se ha deteriorado su revestimiento impermeabilizante o que se ha agrietado, puede dar lugar a que el agua se filtre alrededor de las ventanas.
Cuando el sellado del perímetro de las ventanas se deteriora (por el sol, el agua, etc.), pueden producirse filtraciones de agua hacia el interior del edificio.
Las humedades que aparecen en las ventanas (condensaciones o filtraciones), pueden ocasionar daños materiales y en la salud.
La humedad que se condensa en las ventanas procede del interior (de la humedad ambiental).
Por lo general, producen daños superficiales en la pintura, papel o lucido y también provocan la aparición de hongos (el más común es el moho) y ácaros en las paredes (que se irán extendiendo por toda la habitación).
Dependiendo de la cantidad de humedad que se condense, pueden llegar a formarse charcos que pueden deteriorar otros elementos (madera, etc.).
Las filtraciones de agua del exterior, pueden provocar daños más graves, ya que van deteriorando todos los materiales por los que se van filtrando.
Entre los daños más comunes está el deterioro del revoco y revestimiento superficial; pero también pueden ocasionar el deterioro de elementos de madera (tarima, rodapié, etc.), así como la aparición de salitre, hongos, etc.
Entre los daños que pueden provocar las condensaciones o las filtraciones, estos son los que afectan a la salud:
Los hongos y ácaros aparecen en zonas donde hay una humedad elevada y una temperatura cálida.
Estos microorganismos, son los principales causantes de las alergias, asma, rinitis y otras enfermedades respiratorias.
Una humedad relativa superior al 60%, es perjudicial para las personas que sufren enfermedades, sobre todo musculares.
Las más afectadas son las personas con reuma, fibromialgia, etc.