El objetivo principal de la impermeabilización de una piscina, es garantizar la estanqueidad de las piscinas y evitar que se produzcan fugas de agua.
Existen muchos sistemas para impermeabilizar piscinas y esto hace que se dispongan de más opciones para elegir.
No hay un sistema impermeabilizante perfecto, en cada situación habrá uno que se adapte mejor a las necesidades requeridas que otro (por precio, características, etc.).
Los sistemas de impermeabilización pueden ser líquidos o laminados, pero en este artículo nos vamos a centrar en los sistemas laminados para impermeabilizar piscinas.
Este tipo de sistemas se colocan en láminas, las cuales pueden ir pegadas al soporte o fijadas sobre perfiles.
Estos sistemas son los más antiguos de todos y su principal ventaja suele ser su bajo coste.
Estos sistemas se colocan debajo de los recrecidos de mortero.
Su duración depende del tipo de lámina colocada, siendo inferior en las de oxiasfalto (por su rigidez).
Este tipo de láminas, cuentan con la ventaja de ser muy elásticas.
En ocasiones, se fabrican a medida para evitar que no existan juntas, consiguiendo ser una membrana continua.
Estos sistemas más novedosos, se instalan sobre el revestimiento actual de la piscina y evitan tener que hacer obras.
Tienen acabados imitando al gresite, azulejos, etc.
Estos sistemas suelen ser más económicos (pero no siempre), dependerá del tipo de piscina y de su forma.
El sistema más económico es el de láminas de pvc, ya que se instala sin obras.
Al venir en láminas, no hay que esperar a que sequen las capas y esto agiliza el proceso de impermeabilización de la piscina.
La impermeabilización de estos sistemas viene hecha desde fábrica (en láminas), esto garantiza su calidad y mismas características en todas las zonas.
En obra solo se montan y se sellan.
La mayoría de estos sistemas no son continuos y esto supone que existan muchas uniones y soldaduras en la impermeabilización.
Esto hace que aumenten las posibilidades de que se produzca una fuga.
Las láminas no se adaptan bien a los ángulos, puntos singulares, etc.
Esto supone que haya que colocar piezas especiales de remate, láminas de refuerzo, etc.
Cuanto más irregular sea la forma de la piscina, más se encarecen estos sistemas y más posibilidades habrá de que se produzcan fugas.
Estos sistemas no van adheridos al soporte completamente; si se produce una fuga, el agua circulará bajo la impermeabilización, dificultando su localización.