En este apartado nos referimos a las posibilidades de colocación de acristalamientos en ventanas más comunes en edificación.
Consiste en colocar un único vidrio, habitualmente de entre 4 y 8 mm de espesor en ventanas.
Es la posibilidad más sencilla y barata, pero también la menos eficiente, ya que toda la superficie del vidrio forma un puente térmico entre el exterior y el interior de la edificación.
La mayor ventaja es la ligereza de este tipo de acristalamiento y que no precisa marcos gruesos para su colocación.
Habitualmente se le llama vidrio laminado y consiste en dos o más piezas de vidrio colocadas con láminas poliméricas intercaladas que le confieren ciertas propiedades al vidrio al mismo tiempo que sujetan las diferentes capas entre si.
Sus propiedades varían drásticamente dependiendo de las láminas que haya entre los vidrios, así estas pueden dar cierta protección solar, aislamiento térmico y acústico o simplemente evitar que caigan los trozos en caso de rotura.
Ciertas láminas confieren aislamiento térmico, por lo que puede ser energéticamente eficiente, aunque dependerá de los tipos de vidrios y las láminas que se usen.
Se ha desarrollado un aislamiento térmico incoloro y muy delgado llamado “aerogel” que cumple a la perfección en este tipo de acristalamientos, pero todavía es excesivamente caro.
Es el más habitual en edificación y consiste en láminas de vidrio separadas por cámaras de aire de entre 6 y 30 mm de espesor.
Ofrece multitud de combinaciones, ya que permite elegir diferentes tipos de vidrio para el interior y el exterior, así como la colocación de vidrios simples o laminados, por lo que puede configurarse para conseguir las propiedades deseadas en cualquier situación.
Lo más común es tener una o dos cámaras de aire que deben estar completamente selladas y rellenas de un gas inerte, normalmente argón, aunque lo ideal sería que fueran de vacío, una opción posible pero muy cara actualmente.
Este tipo de acristalamiento es el más eficiente energéticamente hablando, ya que evita los puentes térmicos, pero también tiene unos espesores bastante considerables que pueden dificultar su uso en algunas circunstancias como en restauración de carpinterías antiguas.
Una vez elegido el tipo de acristalamiento que se va a colocar en la carpintería elegida, deben elegirse correctamente los vidrios que se van a disponer, teniendo en cuenta que en acristalamientos múltiples es posible elegir una combinación que nos ofrezca las propiedades deseadas.
Estos son los tipos de vidrio que, combinados de la mejor manera posible y colocados en la carpintería correcta, pueden ofrecer mejor rendimiento térmico y reducir las pérdidas energéticas en las ventanas de manera significativa.
El vidrio estándar no contempla ninguna propiedad particular, es la opción de vidrio más económica, y su eficiencia energética va a depender de forma exclusiva como es colocado en el marco de la ventana.
Este tipo de laminado tiene una o más láminas de Polivinilo Butiral, un compuesto polimérico transparente que se presenta con un espesor de 1 mm y que refuerza el vidrio, ofreciendo seguridad en los cerramientos donde se coloca. Además esta lámina ofrece cierto aislamiento acústico y protección contra los rayos UV, aunque no rompe el puente térmico.
Este tipo de vidrio puede colocarse solo o en el exterior de un acristalamiento múltiple con cámara para ofrecer seguridad.
Este tipo de vidrio tiene en una de sus caras una finísima capa metálica depositada por bombardeo iónico que evita el paso de la radiación emitida por el vidrio, lo que en la práctica se traduce en que, correctamente colocado, es capaz de mejorar aproximadamente un 35 % la eficiencia de un acristalamiento doble con cámara, ya que evita que escape parte del calor en invierno o que entre en verano.
Pese a la capa metálica no se alteran los colores y deja pasar aproximadamente un 70 % de la luz incidente.
Es una opción muy interesante, sobre todo en climas fríos o cálidos, y debe colocarse teniendo en cuenta cual es la función que va a tener ya que ,dependiendo de si se coloca en la parte exterior o interior del acristalamiento, dejará entrar o salir el calor emitido.
Una lámina exterior evita que la entrada de luz pueda resultar molesta o sobrecalentar una estancia.
Este tipo de vidrio, muy utilizado en automoción, es recomendable especialmente en zonas cálidas y es especialmente efectivo en combinación con un vidrio de baja emisividad
Además de los tipos presentados existe una amplia variedad de vidrios que pueden utilizarse en combinación con estos o solos: auto-limpiables, de aislamiento acústico, armado, templado, translucidos, coloreados, “X-Ray”, etc.
Aunque no tienen mayor interés en cuanto a eficiencia energética puede ser realmente atractivo para el usuario disfrutar de algunas de las propiedades que ofrece una industria que avanza a pasos agigantados para ofrecer productos cada vez mejores.