Una piscina es para toda la vida y es algo que hay que tener muy en cuenta a la hora de elegir el tipo de piscina, acabados, vegetación, etc.
En función de nuestras decisiones, nos aportará buenos momentos de felicidad y disfrute, o nos provocará muchos quebraderos de cabeza y gastos innecesarios durante toda la vida.
Antes de lanzarnos a hacer o construir una piscina, es bueno conocer los diferentes sistemas que existen en el mercado, las ventajas y desventajas de tener una piscina, para saber cual se adapta mejor a nuestras necesidades.
Lo primero de todo es tener claras las medidas de la piscina, así sabremos que sistemas nos pueden servir y cuales no.
Hoy en día se hacen piscinas con tres sistemas diferentes: piscinas de hormigón, poliéster y acero.
Los sistemas de hormigón armado, siguen siendo los más utilizados en las piscinas hoy por hoy. El motivo es que siguen siendo los sistemas que mejor se adaptan a nuestras necesidades.
Se adaptan a la medida y forma que nosotros queramos, permitiendo aprovechar al máximo el espacio existente.
Con una buena estructura y un revestimiento adecuado, la piscina durará toda la vida.
Su principal inconveniente es su precio, siendo el sistema más caro de todos con diferencia.
Este sistema es el que más tiempo se tarda en realizar.
Son una alternativa económica y son muchos los años que avalan este sistema. El material empleado para las piscinas (poliéster reforzado con fibra de vidrio), se utiliza en las embarcaciones.
Es uno de los sistemas más económicos para la fabricación de piscinas.
Su rapidez para instalarlas.
Tienen unas medidas y formas estándar y a veces no encajan con las medidas del terreno.
Muy sensibles a los movimientos del terreno, por asentamiento, nivel freático, etc. No se aconseja su instalación en terrenos pantanosos o rocosos.
La instalación de piscinas de acero han ido creciendo año tras año, hasta superar a las de poliéster. Esto es debido a que pueden ser fabricadas sin cimientos ni muros de hormigón, en todo tipo de terrenos.
Las piscinas de acero van revestidas con una lámina de PVC-P (llamado liner armado), o pueden quedar a la vista en caso de ser inoxidables.
Pueden ser fabricadas sin necesidad de cimientos ni muros de hormigón.
Se pueden instalar en cualquier tipo de terreno, debido a su gran resistencia. Pueden instalarse en azoteas.
Aunque sean de acero inoxidable, necesitan un cuidado especial, ya que los productos químicos y el contacto permanente con el agua pueden hacer que el acero se deteriore.
Una vez deteriorado hay que cambiar la piscina, ya que no tiene reparación.
El acero deteriorado puede producir cortes, o intoxicar el agua por el óxido.
Las soldaduras de los revestimientos de PVC-P se van deteriorando poco a poco y con el paso de los años es necesario cambiar el revestimiento completo.